jueves, 18 de enero de 2007

Los medios de comunicación en el nuevo orden mundial

Con no poca preocupación, hemos visto que en los últimos tiempos, la ciudadanía no solo ha perdido la confianza en los medios de comunicación, sino que se ha tornado agresiva ante su presencia; y es que este denominado cuarto poder del estado, se ha visto inevitablemente arrastrado hacia la vorágine de los acontecimientos que ha vivido nuestro país en los últimos años. Es inédito ver que la ciudadanía cuando ejercita su derecho a la protesta, vuelca su furia producto de la impotencia, hacia servidores de distintos canales de televisión y medios de comunicación a veces de forma violenta. Y debemos entender este comportamiento, como una reacción absolutamente normal, de gente que hastiada de mentiras, distorsión y manoseo de la información, identifica a las siglas televisivas para mostrar su indignación y exteriorizarla a través de actos violentos. Debemos condenar estos actos violentos, pero sin embargo el principio universal de acción y reacción, nos explica este comportamiento ciudadano y nos muestra un alto grado de madurez de la población en general, que ya no deja que no solo le metan los dedos a la boca, sino que le hurguen las encías y los dientes tratando a nombre de informar, de manipular y de distorsionar la realidad. Esta distorsión de la realidad es la que realmente preocupa, por eso trataré de hacer un análisis de las raíces de este comportamiento agresivo de los medios de comunicación, no todos, en contra de la opinión pública. Comencemos situándonos en la realidad específica, a través de la definición ensayada por Noam Chopsky, acerca del rol que juegan los medios de comunicación dentro del Nuevo Orden Mundial. Chopsky dice “La prensa es propiedad de gente muy rica que quiere que sólo ciertas cosas lleguen al público. Se ha convertido en una fábrica de opinión. A través de ella es posible reglamentar la mente pública, exactamente igual que un ejército reglamenta a sus soldados. Las minorías inteligentes tienen que utilizar estas nuevas técnicas de reglamentación de las mentes para asegurarse que la “chusma” esté en su sitio”. Si analizamos el pensamiento anterior y lo adaptamos a nuestra realidad, veremos como Chopsky tiene razón, basta dar una mirada a los nombres que tienen como suyos lo medios de comunicación mas influyentes en Bolivia, para afirmar como cierta, la sentencia Chompskyana. La tan tristemente célebre UNITEL, propiedad de Osvaldo "Pato" Monasterios; banquero, ganadero, latifundista, político de ultraderecha, uno de los pilares del NOM en Bolivia, es la abanderada de la desinformación, utilizando el principio goebeliano “…miente, miente, miente, que algo queda…” difunde informaciones a medias y distorsionadas para tratar de mostrar una realidad ficticia y manipular de esta manera a la opinión publica. No se queda atrás la RED UNO, de Ivo Mateo Kuljis; banquero, ganadero, político de ultraderecha, dueño de varios medios de producción generadores de plusvalía. Que hablar de BOLIVISIÓN, cuyo principal accionista es Tito Asbún, empresario de derecha, actualmente prófugo de la justicia por malos manejos en el Lloyd Aéreo Boliviano. Tal vez, la que urde con más tino la desinformación sea la red ATB, que sin embargo no deja de estar ligada a las élites económicas del país a través del grupo PRISA y una estrecha relación con la ultraderecha encarnada en ADN y PODEMOS. Aunque trata de mostrase imparcial sin lograrlo, la red PAT, no escapa a la nomenclatura chompskyana, de propiedad de empresarios derechistas entre los que destaca Carlos Mesa Gisbert, hábil manipulador de la informació; sin ser periodista; y defensor de los cambios socioeconómicos que arrimaron al país al borde del abismo. Ante este panorama, la ciudadanía guardaba las esperanzas en medios de comunicación pertenecientes al estado, como el caso de las televisoras universitarias, pero con gran desilusión, hemos visto que estas emisoras responden también al NOM, al estar políticamente dirigidas y tener compromisos con partidos de derecha a través de sus autoridades, en el caso de Cochabamba, íntimamente relacionadas con el prefecto apóstata de nuestro departamento. Pero, como los dueños de los medios, no llegan en forma directa a la opinión publica, entonces se valen de personajes de segundo nivel en el sistema social de jerarquía global, que intenta reemplazar a la democracia, estos personajes son los “opinadores”, que generalmente son manipuladores a sueldo, sin escrúpulos y carentes de ética, que muchas veces sin entender siquiera de lo que opinan, tratan de distorsionar la realidad, consiguiendo a veces su objetivo. Por últimos están las exuberantes presentadoras que apoyadas en sus atributos físicos, cumplen su rol de intriga, al tratar de mostrar de manera directa la opinión ciudadana que le conviene a los deformadores de la realidad. Todo esto a vista y paciencia de los jefes de redacción, que archivando toda ética y mirando de reojo sus principios, han vendido su pluma a los jerarcas situados en la pirámide del poder, que tratan de imponer sus leyes y los derechos que nos han usurpado. En Cochabamba hemos asistido pasmados y horrorizados a esta manipulación y distorsión de la realidad, nos muestran un comité cívico supuestamente legítimo, sin entran en detalles que en su elección no estuvieron presentes varias organizaciones sociales y populares, por que a sus representantes no los dejaron entrar cumpliendo instrucciones del apostata. Nos muestran aglomeraciones organizadas por el prefecto que tienen en realidad como máximo 6000 personas, como marchas y concentraciones multitudinarias de 60000 asistentes (vaya menuda distorsión) y por el contrario a las masivas marchas de los sectores populares, las minimizan hablando de un grupo de masistas. Pero lo mas cacasenesco de nuestra prensa “independiente”, es la manipulación descarada del análisis de causa y efecto de los pedidos de renuncia del prefecto apóstata que hacen los sectores sociales y gran parte de la ciudadanía cochabambina, para esta jerarquía global y sus servidores, el MAS de la noche a la mañana y por que el prefecto no le cae simpático, moviliza a su gente y pide su renuncia y acude al consabido discurso distorcionador, de la legalidad institucional, etc. etc. Pero señores, quien empezó esta disputa, no fue acaso Reyes Villa, cuando se alineo con los fascistas de oriente para tratar de volver las cosas a su posición inicial?, no fue el, quien a sabiendas que la mayoría de los Cochabambinos estábamos en contra de las autonomías propugnadas por los fascistas y jerarcas globales, con victoria en referéndum de por medio, se obstino en desconocer la voluntad popular reflejada en las urnas y se atreve a convocar a un nuevo referéndum para manipularlo al servicio de la antipatria?, no fue maNFRed que saco a las calles a sus empleados y propicio la agresión de ciudadanos comunes en las vías de la ciudad?. Para los medios de comunicación tipificados anteriormente, no existen estos hechos, vale decir nunca existió la acción, solo ven la reacción, que miopía, incumplen de esta manera con el principio universal de acción y reacción, solo analizan los efectos, no las causas y desde este sesgado punto de vista, tratan de endilgarle al gobierno la responsabilidad de los hechos por venir en Cochabamba; que manera de distorcinar la realidad; felizmente que como lo hemos mencionado anteriormente, la ciudadanía cochabambina encarna el saber popular y no se deja amedrentar, ni manipular e identifica a los distorcionadores y les reclama, hace escuchar su voz de protesta en contra de estos medios de comunicación al servicio del NOM y las jerarquías globales, resulta patético luego ver como con las vestiduras rasgadas, los manipuladores visitan estos mismos medios distorcionadores para reclamar libertad de expresión, para pedir al gobierno garantías, para elevar su agorero llanto a las instituciones internacionales patrocinadas por los sustentadores del NOM, señores, las garantías deben darse ustedes mismos utilizando los últimos gramos de ética que les queda, si es que les queda algo y proponiéndose cumplir con su trabajo de manera digna, informen lo que en realidad sucede, sin distorsiones, no traten de manipular la opinión ciudadana con argumentos faltos de todo sustento teórico e histórico y tendrán el respeto del soberano, su protección, su ayuda, aquella que les ha sido brindada en tiempos difíciles de dictaduras apaleos y destierros, no se alejen de sus principios, no los alquilen ni los vendan, tal vez así sean parte de la nueva sociedad que algunos pretendemos, contestataria del NOM y sus designios, aniquiladora de logias y sustentadora de bien estar y progreso para todos los bolivianos.
Marco A. Pérez Mantilla M.Sc. Empresario - Docente Universitario

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