miércoles, 10 de enero de 2007

GANAR CON LO JUSTO…

El pasado domingo, tuve oportunidad de ir al Estadio Azteca para ver a mi querido Atlas contra el América. Sobra decir que era el único zorro en el gallinero. Una de las mejores cosas de la tarde fue que me tocó de vecino Ausencio Cruz, el antiguo compañero de Victor Trujillo (y hoy por hoy debo decir que el simpático del dueto), que estaba ahí acompañando a sus hijos, que son águilas, y él, al ser rayado, pues es de Monterrey, se volvió mi cómplice en medio de tanto pollo. Seguramente le causaba gracia la manera con la que sufría con cada acercamiento del Atlas.
No saben cómo grité el gol de Guardado. Golazo. Luego me desgañité con el gol de Osorno. En ese momento, Ausencio me dijo una cosa que me dejó pensando: “Ojalá que el Atlas no meta gol ahorita, porque si no se va p´atrás, que aguanten tantito y lo metan en su momento…”
En el medio tiempo nos pusimos a comentar cómo los futbolistas mexicanos quieren siempre jugar con los marcadores y nunca les sale, y cómo los directores técnicos nomás no aprenden y siguen jugando al marcador.
Comenzó el segundo tiempo y casi me vuelvo loco con el gol del “Tripa” Pérez. Qué golazo. Impresionante.
A partir de ese momento, sucedió lo que siempre sucede, y en particular siempre le sucede al Atlas.
El América comenzó a jugar, pues hasta que no se vió perdiendo la série intentó manejar el resultado. Romano por su parte sacó a Daniel Osorno, y poco tiempo después sacó a Rodallega, renunciando por completo al ataque, e intentando defender la pequeña ventaja. Resultado: el América los mató gracias al golazo de Cuauhtémoc. El gol de Cabañas fue causado por una desconcentración defensiva, pues el lateral atlista pudo haber cortado la bola, y luego se entregó por acelerado para el recorte del paraguayo. Y finalmente el tercero, del “Gringo” Castro, fue producto de un error majadero en la salida del lateral, y que luego fue desviado por la defensa, que intentaba desviarla a la desesperada.
Más allá del resultado, que me duele pues voy a tener que pagar varias apuestas, lo que más me llamó la atención del partido es esa maldita vocación del futbolista mexicano de ganar siempre por lo justo. Otra persona que estaba a mi lado y que se pasó toda la tarde cantando esa de “Vamos América, que esta tarde tenemos que ganar” me dijo: “Nomás renunciaron al ataque y se los lllevó la chingada… Mientras nos atacaron, nos hicieron tres goles…” Y es que este partido fue un perfecto ejemplo de ese vicio que tiene arraigado el futbolista mexicano. El América no comenzó a jugar hasta que no se vió eliminado, a partir de ese momento lo remontó para mi desgracia relativamente fácil. Pero lo que no comprendo es por qué no comenzó a jugar antes, si sólo tenía que meter un golecito. Por otro lado el Atlas, después de haber hecho una auténtica hombrada, después de haberse levantado de la lona y contra cualquier pronóstico, apenas quizo manejar el marcador, fue un auténtico desastre, no sólo perdió la série, sino que se dejó empatar un partido que tenía ganado.
Y es que eso es una cosa realmente preocupante en el futbol mexicano. Valdría la pena analizar cuántos pero durante el torneo de liga hubo una gran cantidad de partidos en los que un equipo iba ganando por dos o más goles y se dejó empatar o incluso terminó perdiendo. Hay que partir del principio que en México no sabemos manejar los partidos, y esto generalmente se traduce a nivel selección en donde no sabemos administrar la ventaja, y estamos más nerviosos cuando vamos ganando que cuando vamos perdiendo. Incluso la porra que define al público mexicano, la de “Sí se puede…” es una porra para venir de atrás, no para ir avasallando al contrario, incluso hay gente que dice que es una porra de perdedores. La pregunta es por qué pretendemos seguir jugando al marcador si no sabemos.
Recuerdo hace años, una semifinal entre el Atlante de Lavolpe y el Cruz Azul de Galindo y Hermosillo, en la que de hecho jugaba Romano, y cuando todavía era el Estadio Azulgrana, en la que el Atlante estaba defendiendo el marcador a pesar que estaba perdiendo la série, y es que les habían salido mal las cuentas. El sonido local tuvo que anunciar que con ese marcador perdía el Atlante, para que los potros se lanzaran desbocados en busca de un gol que nunca llegó, y fueron eliminados. Es el cuento de nunca acabar.
Esperemos que parte de la “mentalidad ganadora” que se supone que Hugo le va a infundir al futbolista mexicano sea esa, jugar siempre al frente y proponiendo porque está claro que no sabemos manejar los partidos. Basta ya de pretender ganar con lo justo. ¿No que la mejor defensa es el ataque?…

Sebastián del Amo

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